jueves, 20 de febrero de 2014

De la Cannabis a la Reforma Política del DF

Joel Saucedo

          La reforma política del Distrito Federal marcará al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera como el gran impulsor de la transformación de la capital del país, cosa que no pudieron concretar Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Robles, Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Encinas y Marcelo Ebrard.

          Algunos analistas pretendieron ubicarlo como el artífice de la iniciativa para despenalizar el consumo de la mariguana en la ciudad de México, lo cual sería el sello de su gobierno tal y como a López Obrador lo hizo con la Pensión Universal y Marcelo con la legalización del aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo.

        Eran finales del 2013 y el doctor Mancera –quien no está afiliado al PRD-, les habló de manera contundente a los 34 legisladores del partido del sol azteca: déjense de mariguanadas. Esto en torno a lo que ya se veía venir con la presentación de la iniciativa para legalizar el consumo del enervante.

          Durante un encuentro con un grupo de asambleístas, el secretario de Gobierno, Héctor Serrano, llamó la atención de los representantes de los capitalinos en el sentido de que la administración mancerista estaba a favor de abrir el debate, lo que no necesariamente implicaba estar de acuerdo en regular el uso personal de cannabis.

          Sin embargo, este miércoles en el viejo Palacio del Ayuntamiento, el mandatario capitalino le dio una vuelta magistral al tema y de paso enterró la discusión, al solicitar a diputados y jefes delegacionales respaldar su iniciativa de reforma política enviada al Senado de la República.

           El pasado 14 de agosto de 2014, el gobernante de la ciudad entregó al consejo rector del Pacto por México su iniciativa, misma que estuvo a punto de ser dictaminada durante la última sesión del pasado periodo ordinario de sesiones de la Cámara Alta.

          Hoy –jueves 20 de febrero-, Mancera acudió al recinto de Reforma e Insurgentes y se reunió con los coordinadores parlamentarios del PRI, Emilio Gamboa Patrón; del PAN, Jorge Luis Preciado y del PRD, Miguel Barbosa, así como con el presidente del Senado, el priista Raúl Cervantes.

      Del recinto senatorial, Mancera salió con la seguridad de que en los próximos días habrá de dictaminarse la reforma política del Distrito Federal, la cual deberá ser enviada a la Cámara de Diputados para solventar el trámite correspondiente.

         Una vez que los diputados aprueben la reforma, ésta será enviada a los 31 estados de la República, debido a que el proyecto incluye modificaciones a los artículos 40, 41, 43, 44, 71, 76, 122, 124 y 135 de la Constitución.

       Se estima que en un plazo no mayor de seis meses, al menos 17 Congresos estatales, habrán aprobado la reforma política capitalina, sobre la cual la Asamblea de Representantes del Distrito Federal carece de facultades precisamente por no ser Congreso.

         La iniciativa establece que el Distrito Federal contará con una Constitución, que a su vez definirá la manera en que la ciudad interactuará con la Federación, así como su nomenclatura y los nombramientos del procurador general de justicia y del secretario de Seguridad Pública.

       Pero hasta el momento, no se ha definido con claridad cómo se llevará al cabo la Asamblea Constituyente del nuevo Congreso; existen dos propuesta: la primera, que sean electas dos asambleas para el 2015, una constituyente y la otra con los diputados que integrarían el nuevo Poder Legislativo.

           Dicho proyecto todavía guarda discrepancias debido a que podría generarse una confusión entre los electores al momento de votar por el doble de diputados, observación que dejó en la mesa Porfirio Muñoz Ledo al reunirse con senadores, diputados federales y locales, y jefes delegacionales al inicio de esta semana.

          Lo que se tiene avanzado es que las delegaciones pasarían a ser alcaldías, pero en lugar de cabildos tendrían consejos, lo cual no ha sido del todo bien visto por los principales actores tanto políticos como autoridades de la ciudad.

          Eso es lo que se tiene hasta el momento en el Senado de la República, en esta histórica reforma política para el Distrito Federal. En los próximos días el tema desplazará la discusión sobre la iniciativa de despenalizar el consumo de mariguana, cuya propuesta no tiene futuro, pues carece de pies y cabeza.

Twitter: @JoelSaucedo
saucedosj@yahoo.com.mx
           


lunes, 10 de febrero de 2014

Rosario Robles para el GDF en 2018

Joel Saucedo

          Al interior de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) encabezada por la ex jefa de Gobierno del Distrito Federal y ex presidenta nacional del PRD, Rosario Robles Berlanga, dan por hecho que ella será quien le dispute a los perredistas la jefatura de gobierno de la capital del país para el 2018.

          De acuerdo a fuentes de la propia dependencia, este año será clave para posicionar al PRI en la ciudad de México, después de 16 años de tener una presencia casi nula entre el electorado que ha optado desde 1997 por las siglas del Partido de la Revolución Democrática.

          Un  ejército de trabajadores de la secretaría a cargo de los programas sociales en todo el país y de manera particular de la Cruzada contra el Hambre que tuvo su mayor fracaso en la capital, ha sido desplegado en domicilios clave, y hasta donde llegan cientos de ciudadanos que han empezado a ser empadronados desde mediados del año pasado.

          Y es que no es para menos, la ciudad de México se ha caracterizado por tener la mayor cantidad de programas en beneficio de las clases más necesitadas, dígase adultos mayores, niños, jóvenes y madres solteras. Esta ha sido la clave del arraigo que aún mantiene el partido del sol azteca.

         Sin embargo a lo largo de los últimos años, las huestes perredistas han quemado su pólvora en infiernitos, pues en lugar fortalecer su presencia en las zonas de influencia, se han dedicado a despedazarse entre ellos, convirtiéndose en los mejores promotores del Revolucionario Institucional.

          Es sabido que al ciudadano de escasos recursos, mientras más apoyos se le entreguen mejor para él, sin importar que sean del PRD, PRI, PAN o el resto de los partidos comúnmente denominados “chiquillada”, lo cual es difícil de cuantificar al momento de acudir a las urnas.

          Una muestra de lo que se viene en la capital, sucedió hace unos días, pues la dirigencia del Comité Ejecutivo Nacional priista a cargo del ex gobernador del Estado de México, César Camacho Quiroz, designó a 16 delegados especiales, uno por cada delegación política.

         Al menos 10 de los delegados son del Estado de México y en consecuencia tienen cercanía con el titular del Poder Ejecutivo Federal. Otra característica es que todos son diputados federales de un distrito mexiquense que colinda con alguna de las demarcaciones donde fueron designados.

        El propósito de dichos nombramientos radica en hacer trabajado con la dirigencia distrital y delegacional priista, a fin de buscar ganar en el 2015 cuatro delegaciones: Cuajimalpa (actualmente priista), Coyoacán, Gustavo A. Madero y Milpa Alta.

     Los legisladores federales del Estado de México y la delegación política que le corresponde, es la siguiente: Benito Juárez, Francisco Javier Fernández Clamont; Cuajimalpa, Erika Funes Velázquez; Coyoacán, Norma Ponce Orozco; Gustavo A. Madero, Darío Zacarías Capuchino.

          En Iztapalapa, Cristina González Cruz; Magdalena Contreras, Leticia Calderón Ramírez; Miguel Hidalgo, Cristina Ruiz Sandoval; Milpa Alta, Reynaldo Navarro de Alba; Tlalpan, Rosalba Gualito Castañeda, y Venustiano Carranza, Fernando Salgado.

        Por lo que corresponde a los diputados de Puebla, les tocó en Álvaro Obregón, José Enrique Doger Guerrero e Iztacalco, Isabel Allende Cano. En Azcapotzalco, Luis Ricardo Aldana Prieto, y en Cuauhtémoc, Regina Vázquez Saut. Estos dos últimos son de Veracruz.
Dos diputados del estado de Hidalgo, también harán trabajo político en Tláhuac, Francisco González Vargas, y en el perímetro de Xochimilco, Martha Gutiérrez Manrique.

          Con ello, el tricolor tiene el propósito de alcanzar triunfos en los comicios para renovar el Congreso de la Unión y la Asamblea Legislativa, en al menos 10 distritos electorales locales y seis federales.

          Y aunque los diputados y jefes delegacionales perredistas realizan tareas territoriales, tal parece que poco o casi nada les ha importado el despliegue hormiga que viene realizado en priismo capitalino.

         Por lo pronto, ahí está la apuesta de Enrique Peña Nieto, primero para el 2015 y después para el 2018 con Rosario Robles al frente.

          En el caso del perredismo, no hay aspirantes visibles a la jefatura de gobierno. En el gabinete destacan por su trabajo el secretario de Gobierno, Héctor Serrano y de manera muy tímida, la secretaria de Desarrollo Social, Rosa Ícela Rodríguez, quien mantiene una estrecha relación con el doctor Miguel Ángel Mancera desde hace algunos años.

           Por el lado del PAN, ni se diga. Después de la derrota de Josefina Vázquez Mota en el 2012, solo obtuvieron una victoria en la delegación Benito Juárez, con Jorge Romero Herrera. En este caso, no se percibe la definición de una estrategia que le permita a Acción Nacional reposicionarse rumbo al proceso electoral que iniciará en octubre de este año.

          Según lo anterior, tal parece que el tricolor es el único que tiene el objetivo más claro para las elecciones del 2018 con escala en el 2015.

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