Joel Saucedo
Durante la sesión extraordinaria
del Consejo Nacional del PAN el pasado sábado, su dirigente Gustavo Madero hizo
circo, maroma y teatro para justificar que ganaron perdiendo durante la pasada
contienda electoral del 7 de junio.
En estas elecciones, Acción
Nacional sólo logró 109 diputaciones federales, lo que le permite mantenerse
como la segunda fuerza política en el Congreso de la Unión, pues alcanzó 8
millones 379 mil 502 votos.
Al presentar los detalles de la
jornada electoral, Madero admitió que los números eran fríos y reveladores,
pues el PAN lidiará con una bancada del PRI mayoritaria y una oposición
difuminada en seis partidos que alcanzaron entre el 3 y 11 por ciento. “Esta es
una pésima noticia”, reconoció.
Pero en seguida continfleó:
“Obtuvimos un menor porcentaje de votación en lo federal y uno mayor en las
elecciones locales. En la elección federal ganamos 55 distritos de mayoría,
tres más que en el año 2012, pero aun así tendremos sólo 109 diputados, cinco
menos que los actuales 114, porque tendremos nueve diputados plurinominales
menos”.
Luego: “En cuanto a los
ayuntamientos, déjenme decirles que ganamos 197 de los 887 municipios en
disputa, teniendo un gran crecimiento en la población gobernada, no sólo
ganamos más distritos, sino que incrementamos de manera importante la población
que gobernamos y gobernaremos.
“Teníamos 11 millones 326 mil 698
habitantes en los municipios que gobernábamos y ahora tendremos 15 millones 107
mil 249, un crecimiento del 33 por ciento”. Más aún. Dijo que el PRD pasó de
gobernar 17 millones 900 mil habitantes a 12 millones 854 mil. Y el PRI, ni se
diga: perdió 10 millones de población gobernada al pasar de 34.5 millones a
25.5 millones.
¿Por fin? ¿Quién ganó? ¿Y quién
perdió? Madero rechazó los juicios sumarios hacia el PAN, porque aseguró que
“no puede generalizarse un ánimo ni de retroceso y debilidad, pero tampoco de
sobredimensionar lo alcanzado”. ¿Entiende el lector esta explicación?
Lo que si es cierto es que los
ciudadanos no están satisfechos con el sistema de partidos y con la elección,
pues están buscando alternativas para expresarse, tal y como lo hicieron en el
Distrito Federal por Morena, en Jalisco por el Movimiento Ciudadano y en Nuevo
León, por el candidato independiente apodado El Bronco.
¿Cómo y por qué votaron de esa
manera? Simple. Se trata de un voto de castigo hacia las élites que detentan el
poder político en los tres partidos mayoritarios. Incluso, hasta el Partido
Verde, satélite priista, superó su votación y se prepara para arrasar el 19 de
julio en Chiapas.
De ahí que Madero haya prendido
los focos rojos llamado a la integración de un frente amplio opositor al
priismo, con el fin de ganar el 2018 con un gobierno de coalición para atender
el reclamo de los ciudadanos ubicados en la fractura social generada por la
partidocracia.
Sólo falta esperar a ver si el
PRD atiende el llamado panista, pues la experiencia del pasado aliancista entre
las dos fuerzas políticas no ha sido nada fructífera. Lo más seguro es que esto
se quede en el discurso.
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