El aliento de Benedicto XVI

Joel Saucedo

La visita del Papa Benedicto XVI no significa otra cosa que una bocanada de aliento para los difíciles momentos que atraviesa México, con una escalofriante cifra de 50 mil muertos por la lucha contra el crimen organizado.

En esta ocasión, el pueblo de Guanajuato y de otras entidades del país, se desbordó en el recibimiento al Sumo Pontífice. Las cifras oficiales estiman entre 600 mil y 700 mil los feligreses que formaron una valla de 38 kilómetros.

Tal vez no lo hizo como en su momento sucedió con Juan Pablo II, pero el mexicano demostró una vez más su ferviente inclinación por la fe católica y su adoración por la Virgen de Guadalupe.

Además, el Santo Padre expresó lo que el Presidente Felipe Calderón quería escuchar del sucesor de San Pedro: el apoyo celestial a la lucha que su gobierno libra en contra de la delincuencia organizada.

“Rezaré, especialmente, por quienes más lo precisan. Particularmente, por los que sufren a causa de antiguas y nuevas rivalidades, resentimientos y formas de violencia”, dijo el jerarca de la Iglesia Católica.

En su mensaje, Calderón habló de la “violencia despiadada y descarnada de los delincuentes”, que infringen sufrimiento al pueblo, con ese “siniestro rostro de maldad”, como nunca antes había sucedido.

De hecho, Calderón expresó su confianza en que la visita del jefe del Estado Vaticano, aliente el esfuerzo de los mexicanos y reconforte su alma.

En el fondo, la visita papal representa eso precisamente, un aliento para el gobierno calderonista en este último tramo de su administración, donde no ve la salida a la estela de violencia que azota el territorio nacional.

Lo es incluso para los candidatos a la Presidencia de la República, pues ahí estuvieron presentes Enrique Peña Nieto (PRI), Josefina Vázquez Mota (PAN) y Andrés Manuel López Obrador (PRD-PT- Movimiento Ciudadano.

Sin embargo, no se hicieron esperar las críticas sobre todo al denominado candidato amoroso, que no profesa la fe católica, pero que busca aprovecharse de ella, pues según Calderón hay 93 millones de católicos en México. ¿Ahora se entiende porque acudió AMLO a la recepción de Benedicto XVI?

Pero además, no faltó el “prietito en el arroz”, pues el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Guadalupe Acosta Naranjo, se comportó como verdadero porro, al dejar con la mano extendida a Calderón ante la atónica mirada de Joseph Ratzinger.

Acosta Naranjo usó el área de Comunicación Social del recinto de San Lázaro para justificar su no saludo al Presidente, aún cuando acudió con la representación de todas las bancadas parlamentarias.

Esto fue lo que dijo: “No hay pues una descortesía de mi parte, simplemente un error (…) Al terminar mi saludo y desearle suerte al Papa y una buena estancia en México, que fue lo que le comenté, yo por equivocación volteé hacia el lado no indicado para salir -porque la salida era por el lado izquierdo- y al dar la vuelta hacia el lado derecho, el Presidente, creo, tuvo un descuido en ese caso y levantó la mano y yo, la verdad, traté de sujetarme al protocolo estricto que se nos había marcado de sólo saludar al jefe del Estado Vaticano”.

Fuera de ello, la recepción al Papa Benedicto cumplió su objetivo. Traerle algo de esperanza a los mexicanos en estos aciagos momentos. ¿Pero esperanza en qué o quiénes? Cuánto durará ese aliento, porque finalmente, es el mismo gobierno el que ha provocado la actual situación de crisis.

PUNTO Y SEGUIDO… Otro terremoto, provocó en el Senado de la República el sismo de 7.4 grados en la escala de Richter, pues la falla de la alerta sísmica en dos ocasiones, llevó a que la Mesa Directiva –a cargo del panista José González Morfín- le solicitara la renuncia al jefe de Protección Civil, Jorge Galicia Leal. Sin embargo, el sistema de alarmas aún está en manos del Grupo Indi, responsable de la construcción del edificio de Reforma e Insurgentes, y no del personal de Protección Civil. De hecho, en tribuna el perredista Pablo Gómez, le reclamó a González Morfín no haber desalojado el salón de plenos el 20 de marzo al medio día. ¿Solo Galicia Leal es el responsable?... COMO SE ESPERABA, el PRD aplicó el famoso “dedazo” para la elección de sus candidatos a diferentes puestos de elección popular, con lo que pone en riesgo el proceso al provocar que se les reste votos y que los electores dejen de creerle. Tal es el caso de Diana Sánchez Barrios, la primera mujer transexual que aspiraba una diputación local, pero quién inexplicablemente quedó fuera, pese a contar con dos encuestas serias a su favor y la simpatía de la ciudadanía del Distrito XIII, además de que estaba posesionada con los medio de información por su plataforma política. Ante la canallada perredista, Sánchez Barrios, anunció que impugnará tal decisión en compañía de otros precandidatos fuertes igualmente excluidos. También le reclamó a la cúpula perredista a cargo de Jesús Zambrano no caer en viejas prácticas de otros partidos… LA SUCESIÓN en el municipio de Huixquilucan está en su punto máximo. Todos han velado armas y el ambiente político está que arde. Sería buen momento para que reflexionaran y pensaran que la oposición está muy expectante de los trapitos sucios que se están sacando. Pero las cosas ya están decididas: el mero mero Enrique Peña Nieto ha dado una señal clara sobre quiénes deben ser los candidatos: priistas con arraigo de la nueva generación. Y quién parece que va a pasar a la historia como el gran perdedor es Carlos Iriarte. No sólo porque se ha quedado varias veces con las ganas, sino porque con los amigos que tiene nomás se anda dando tiros en el pie. Primero por ser el consentido del ex gobernador Arturo Montiel y luego porque hasta cena romántica tuvo con el innombrable ex regidor Adrián Fuentes.



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