La Reforma Energética propuesta por
el Presidente Enrique Peña Nieto,
contempla cinco ejes fundamentales. El primero, establece que la iniciativa retoma “palabra por palabra” el texto del
Artículo 27 Constitucional del Presidente Lázaro Cárdenas.
Ello, le
permitirá al gobierno de la República celebrar contratos de utilidad compartida con el sector privado, cuando así
convenga al interés nacional; y con ello, generar energía más barata para todas
las familias mexicanas.
Con los contratos de utilidad compartida, México se mantiene como el único dueño de las reservas petroleras,
de la renta petrolera y de la gran empresa que es Petróleos Mexicanos.
El segundo rubro, contempla un nuevo régimen fiscal para Petróleos
Mexicanos, donde el Estado Mexicano actuará como dueño de la riqueza
petrolera, con visión de largo plazo, y no como un recaudador con necesidades
de corto plazo.
Como tercer elemento, la iniciativa
destaca que la reestructura de la paraestatal en dos divisiones: exploración y producción; y transformación industrial.
Adicionalmente, el cuarto punto
consiste en mejorar las condiciones de
transparencia y rendición de cuentas en Pemex, respecto a obras, adquisiciones
y contratos de utilidad compartida con particulares.
Asimismo, los mexicanos contarán con
un adecuado acceso a la información
sobre el estado y administración del patrimonio energético nacional.
Un quinto elemento se refiere a las reglas de compras y proyectos de
infraestructura de la empresa, donde el objetivo es utilizar el gran poder
de compra del sector energético, como palanca de desarrollo de la nueva
política industrial mexicana.
BENEFICIOS ESPERADOS
De acuerdo al documento enviado al
Senado de la República, la inversión y los recursos fiscales que se obtengan de
concretarse las reformas propuestas, permitirán
a México consolidar un modelo de hidrocarburos sostenible en el largo plazo,
pensando en el bienestar de futuras
generaciones.
Con la reforma se plantea lograr tasas
de restitución de reservas probadas de petróleo y gas superiores al 100%. Ello
significa que el incremento de la
producción estaría acompañado del descubrimiento de igual o mayor volumen de
reservas.
Igualmente, se pretende incrementar la producción de petróleo, de
2.5 millones de barriles diarios actualmente, a 3 millones en 2018, así como a
3.5 millones en 2025.
En el caso del gas natural, la producción aumentaría de los 5 mil 700 millones de pies cúbicos diarios que se producen
actualmente, a 8 mil millones en 2018, así como a 10 mil 400 millones en 2025.
Además, la reforma propiciará una
mayor integración en la cadena de valor a partir de la extracción de los
hidrocarburos, lo que permitirá un
abasto suficiente de gasolinas, gas metano y gas licuado de petróleo, a precios
competitivos.
El incremento en la inversión y la
producción incidirá favorablemente en el crecimiento del Producto Interno Bruto
y en la generación de empleos, al mismo tiempo que permitirá la obtención de
recursos fiscales adicionales.
ENERGÍA ELÉCTRICA
La propuesta de reforma al sector eléctrico del Ejecutivo Federal
establece que es congruente con las ideas fundamentales que guiaron la acción
del Presidente Cárdenas:
1) Responde al imperativo fundamental
de reducir los costos del servicio
eléctrico en beneficio de los intereses generales.
2) Sienta las bases para la organización de un sistema eléctrico
nacional basado en principios técnicos y económicos.
3) Plantea el desarrollo del sector
basado en la participación conjunta de
la Comisión Federal de Electricidad y de particulares.
4) Fortalece las facultades del
Estado para regular el desarrollo del
sector e imponer a los participantes obligaciones de interconexión, tarifas,
servicio universal y electrificación.
Adicionalmente, y al igual que en el
caso de las reformas en materia de hidrocarburos, esta propuesta integra los
avances tecnológicos que permiten hoy en día formas más eficientes de
organización industrial, imposibles de imaginar hace apenas unos años.
Es importante señalar –según el
texto- que a diferencia de los hidrocarburos, la electricidad no es un recurso
natural, por lo que el interés del
Estado no es la propiedad sobre la energía, sino que dicha energía llegue a
mejores precios a las familias mexicanas e impulse la competitividad del país.
Por lo tanto, la reforma propone abrir un mercado de generación para disminuir los
costos sin que el Estado pierda la rectoría en el control del sistema
eléctrico nacional y la exclusividad de transmitir y distribuir la energía como
un servicio público indispensable para la productividad nacional y el bienestar
social.
“Permitir la generación de energía
eléctrica por parte de particulares, facilitará dar a los mexicanos y a los
sectores público, privado y social energía más barata”, indica el documento del
titular del Poder Ejecutivo.
A partir de esta fecha el Senado de la
República, tendrá en sus manos no solo la propuesta del Ejecutivo Federal, sino
las que en su momento presentaron las bancadas del PRI y PAN, de las cuales tendrá que salir un solo proyecto de
reformas.
Después, corresponderá a la Cámara de Diputados hacer lo pertinente.
Posteriormente, la reforma tendrá que
ser discutida en los Congresos estatales, pues como se trata de modificar los
artículos 27 y 28 de la Constitución, se requieren el aval de por lo menos
17 de las entidades del país (el Distrito Federal, no participa, porque carece
de Congreso estatal).
Como se describe, las cosas parecen
fáciles, pero en los hechos la realidad será otra. Por lo pronto está en puerta la consulta que la izquierda
(PRD) realizará a nivel nacional, esto sin considerar las movilizaciones que encabezará Andrés Manuel López Obrador.
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@JoelSaucedo
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