viernes, 18 de abril de 2014

¿Cambios en el gabinete de EPN?

Joel Saucedo
          Cada determinado tiempo los gobiernos suelen renovar a sus integrantes. Lo hacen primero para oxigenar su gabinete, y segundo, para acomodar sus piezas con miras a proyecciones políticas, reacomodos, premios o castigos.
        Es decir que avanzada una administración gubernamental, el mandatario en turno suele hacer evaluaciones en su equipo de colaboradores, pues son miles los servidores públicos que dependen de un secretario de Estado, subsecretario o director general.
       Durante los últimos días han corrido versiones en diversos medios de comunicación en torno a los posibles cambios que en los próximos días hará en su gabinete el presidente Enrique Peña Nieto.
            El principal movimiento que se perfila –según los enterados- es el del gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, quien -dicen- se le salió de control la violencia en los municipios conurbados con la capital del país.
          Los días anteriores a la puesta en marcha del operativo de apoyo que incluyó el nombramiento de Damián Canales como jefe de la policía, la violencia llegó a niveles nunca antes vistos, y fue atribuida a la disputa de los cárteles de las drogas por el control de que denominan la “plaza”.
        Para ello se requiere experiencia en el manejo de crisis de seguridad, y está en primera fila otro mexiquense, el actual secretario de Trabajo y Previsión Social, Alfonso Navarrete Prida.
            Este funcionario fue procurador general de justicia del Estado de México, durante la primera parte del gobierno de Peña Nieto en la entidad. Antes, Navarrete Prida desempeñó el cargo de subprocurador general de la República.
            Otro que es mencionado para tal encargo es el subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, Luis Enrique Miranda Nava, hombre de confianza y amigo de infancia del presidente de la República.
           Eruviel Ávila está siendo considerado para hacerse cargo de la Secretaría de Desarrollo Social, donde la ex perredista Rosario Robles no ha cumplido con las expectativas, sobre todo con la puesta en operación de la Cruzada Nacional contra el Hambre en la capital del país.
          Sin embargo en la Sedesol también hay un potente prospecto. Se trata de Ernesto Nemer, quien es primo político de Peña Nieto. De hecho cuando fue nombrado como segundo de Rosario Robles, mucho se especuló que tarde o temprano ocuparía la titularidad de la dependencia.
          Por el momento no se ha mencionado en los cambios a la titular de la Secretaría de Salud, quien ha incurrido en algunas pifias que le han acarreado fuertes cuestionamientos a la administración peñista. La funcionaria es una cuota producto del cacicazgo de la Fundación Mexicana para la Salud, como lo antes lo fue Jesús Kumate, Juan Ramón de la Fuente y Julio Frenk Mora.
        Un ejemplo de las fallas de Juan López fue cuando en un discurso para inaugurar la Campaña Mundial de Prevención de la Violencia, aseguró que la violencia le cuesta a México “entre 8 y 15 por ciento del Producto Interno Bruto”. Al día siguiente se vio obligada a corregir, con el argumento de que no se trataba de cifras oficiales.
     Del gabinete han salido intempestivamente Francisco Rojas Gutiérrez, titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), hasta el 4 de febrero de 2014. También renunció al cargo, Manuel Mondragón por diferencias en la estrategia contra la inseguridad.
      El mayor escándalo entre los funcionarios de primer nivel, lo provocó la hija de Humberto Benítez Treviño, Andrea Benitez, quien llamó a inspectores de la Profeco para que clausuraran el restaurante Máximo Bristot por una supuesta pésima atención.
      El acto de prepotencia de “Lady Profeco” tuvo una explosión inaudita en las redes sociales, lo que obligó a la renuncia de su padre. Benitez Treviño solo estuvo en el cargo seis meses. Hasta el momento no tiene cargo público visible.
       Los cambios son naturales en un gabinete, pero no los escándalos como el protagonizado por Andrea Benitez al grado de costarle el trabajo a su padre, quien fue procurador general de la República en la época de Carlos Salinas.
            Pronto habrá de sacudirse la administración de Peña Nieto por lo antes mencionado, y hay que tomar en cuenta que se acerca el proceso electoral de 2015 y el mandatario habrá de mover sus piezas para el Congreso de la Unión y algunas gubernaturas.
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