Joel Saucedo
La caída de Cuauhtémoc
Gutiérrez de la Torre, como dirigente del PRI en el Distrito Federal, no es
casualidad en un complicado entorno político para el partido en el poder con
miras a las elecciones federales.
A finales del presente año
inicia el proceso electoral del 2015 para renovar la Cámara de Diputados, y en este caso particular,
la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, así como las 16 jefaturas
delegacionales.
El PRI de Gutiérrez de la
Torre no vislumbraba pasos firmes para arrebatarle al Partido de la Revolución
Democrática una buena tajada del electorado que desde 1997 le ha favorecido con
el voto.
Ni la presencia inicial de
Jesús Murillo Káram, ni la de Manuel Andrade –ambos ex gobernadores de Hidalgo
y Tabasco-, como delegados especiales pudieron doblegar al llamado “Basurita”,
mote heredado por su padre el zar de los pepenadores en la capital del país.
El dirigente nacional del
tricolor, César Camacho designó a diputados y dirigentes del Estado de México y
de Hidalgo, como delegados en cada demarcación política de la ciudad de México,
pero hasta el momento no se sabe qué han hecho.
Apenas el pasado 28 de
marzo, Gutiérrez de la Torre habló de la posibilidad de un frente opositor para
competir en contra del PRD el próximo año, y así estar en condiciones de
arrebatarle espacios de elección popular.
De hecho, el ahora ex líder
priista había sostenido encuentros formales con el dirigente del PAN en el
Distrito Federal, Mauricio Tabe, a fin de concretar un acuerdo que les
permitiera hacerle contrapeso al partido del sol azteca.
Sin embargo es de prever que
los estrategas políticos de Enrique Peña Nieto leyeron con certeza el embrollo
en el que se encuentra el tricolor en la capital del país y su nulo trabajo político
que lo perfile como sólido competidor el próximo año.
La bomba mediática que
ocasionó el reportaje de MVS Noticias, donde Carmen Aristegui destapó la cloaca
que ya se sabía existía en las instalaciones de ese instituto político, fue aprovechada
mediante una contundente reacción de la dirigencia nacional para separar del
cargo a Cuauhtémoc.
No es para menos. Las
elecciones están a la vuelta de la esquina y el PRD en la capital se frota las
manos para ratificar –aún con la inminente participación de Morena en las
elecciones- su supremacía en la ciudad.
Además, hay que recordar el
fracaso de Rosario Robles Berlanga, ex jefa de Gobierno del Distrito Federal,
responsable de introducir la Cruzada contra el Hambre en la ciudad, programa
que era visto como punta de lanza para afianzar al priismo.
Pero la señora Robles no ha sido
capaz de aplicar en el Distrito Federal el programa estrella de Peña Nieto, lo
cual no ha sido bien visto en las altas esperas del gabinete federal, a tal
grado de que se habla de su remoción al frente de la Secretaría de Desarrollo
Social.
Lo cierto es que la
defenestración de Gutiérrez de la Torre, abre una oportunidad de oro al
Revolucionario Institucional para entrar de lleno a la capital sin los
obstáculos y condiciones que les imponía, el político metido hoy en un
escándalo de dimensiones inconmensurables.
Pero ahora, el riesgo lo
deberá enfrentar el PRD puesto que en los hechos le convenía la permanencia de
Gutiérrez de la Torre, como le convino María de los Ángeles Moreno y Beatriz
Paredes, candidata perdedora a la jefatura de Gobierno.
Por lo pronto, Laura Arellano,
quien fuera la secretaría general fue designada presidenta del PRI en
sustitución de Cuauhtémoc Gutiérrez. Pronto habrá alguien de las confianzas de
Peña Nieto.
Twitter:
@JoelSaucedo
saucedosj@yahoo.com.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario