Joel Saucedo
Exhibido como un espectador más del Súpertazón en Arizona, el ex presidente del Senado y colaborador consentido en el gabinete de Felipe Calderón, Ernesto Cordero avivó la lucha encarnizada entre calderonistas y maderistas.
Los dos bandos se disputan lo que quedó del Partido Acción Nacional, después de haber ostentado la Presidencia de la República durante doce años y con los pésimos resultados que los llevaron al tercer lugar en las preferencias electorales.
No hubiera tenido nada de malo que Cordero acudiera al evento deportivo, si en el momento del partido de fútbol americano, no se hubiera realizado la instalación del Congreso General que da pauta al inicio del último periodo ordinario de sesiones de la presente legislatura.
Sin remordimiento alguno, el panista anunció en entrevista radiofónica que había solicitado se le descontara el día. Incluso, presumió que tiene una asistencia del 98.4 por ciento a las sesiones de la Cámara de Senadores.
¿Y acaso eso lo exime de su responsabilidad como senador, sin importar que la sesión sea breve o extensa? ¿Ese es el tipo de legisladores que merecen los mexicanos?
¿Acaso todos los mexicanos pueden viajar a Arizona a presenciar un juego de esa naturaleza? ¿Piensa que a cualquiera le alcanzaría con 6 mil pesos de salario al mes para darse la vida de lujo que él se da gracias a que llegó al Senado -sin hacer campaña- por ser amigo de Calderón?
El exceso fue que se atrevió a cuestionar que los servidores públicos no puedan hacer su vida como “todos los mexicanos”. Claro que no. El senador no se fue de mojado a Arizona ni sufrió las penurias de miles de mexicanos a manos de la migra. Tampoco se quedó a dormir en el desierto y mucho menos fue deportado sin un dólar en los bolsillos.
Cordero viajó al vecino país del norte en avión y con todas las comodidades –aunque aclaró que todo lo pagó de su bolsa- acompañado del cuñado del ex presidente Felipe Calderón, Juan Ignacio Zavala.
Por separado lo hizo el propio Calderón con su esposa Margarita Zavala- invitados por una empresa refresquera- quien aspira a presidir Acción Nacional, después de haber sido vetada para una diputación plurinominal que en automático la habría puesto en la antesala de la candidatura presidencial del 2018.
Sin embargo, esta situación fue aprovechada por el presidente del blanquiazul, Gustavo Madero, quien sostuvo que ese tipo de actuaciones dañan la imagen de Acción Nacional, por lo que no es suficiente con el descuento respectivo de la dieta a Cordero. Madero dijo que analizará si es factible una sanción.
Este es solo un ejemplo de los legisladores faltistas. ¿Pero qué pasó con los otros 205 de los 500 diputados que tampoco acudieron a la sesión del domingo o de los 46 de los 128 senadores que brillaron por su ausencia? En el caso del PAN sólo acudieron a la sesión 34 de 38. ¿Qué sucedió con el resto?
Un senador o diputado está en la libertad de divertirse a la hora que quiera y donde lo desee, sobre todo si ha cumplido con su papel de cuidar los intereses de sus electores. ¿Este es el caso?
Twitter: @JoelSaucedo
saucedosj@yahoo.com.mx
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