Joel Saucedo
Una noticia totalmente
estremecedora dio a conocer la Universidad Nacional Autónoma de México: rechazó
a 117 mil 29 aspirantes a alguna de las más de 100 carreras que se imparten
tanto en el sistema escolarizado, como en las modalidades abierta y a
distancia.
Según los resultados dados a
conocer del primer concurso de ingreso a la licenciatura para el ciclo 2015-2016,
de los 120 mil 519 estudiantes que se presentaron a examen en febrero pasado,
sólo fueron seleccionados 11 mil 490, es decir, el 8.9 por ciento del total.
Pero no solo este año ha
sido así. Los datos de años anteriores también muestran cifras similares que
dejan sin oportunidades de estudio a la juventud mexicana. Como muestra de ello
van los siguientes datos:
En 2010, se presentaron a
realizar examen más de 115 mil jóvenes, de los cuales fueron aceptados 10 mil
350, equivalente al 8.9 por ciento; en 2011, los aspirantes fueron cerca de 117
mil, de los cuales aprobaron o fueron seleccionados alrededor de 11 mil o bien
el 8.8 por ciento.
Para 2012, acudieron a
examen aproximadamente 122 mil estudiantes, de los cuales sólo 11 mil 116 se
quedaron en alguna de las opciones que escogieron, dando como porcentaje el 9.1
por ciento.
El siguiente año, la cifra
de estudiantes alcanzó los 126 mil 753, de los cuales sólo fueron aceptados 10
mil 916 (8.6 por ciento); en 2014, se presentaron a ser examinados 126 mil 683
y de los cuales sólo fueron admitidos 11 mil 348, es decir, 8.9 por ciento.
Sumados los últimos seis
años del primer examen de ingreso a la licenciatura en la Máxima Casa de
Estudios, han sido rechazados 735 mil 955 jóvenes y sólo aceptados, 66 mil.
Es un negro panorama desde
cualquier punto de vista. ¿Dónde está esa energía juvenil? ¿Dónde quedaron esos
jóvenes que vieron truncadas sus aspiraciones de cursar una carrera
universitaria?
La mayor parte de los
jóvenes busca ingresar a la UNAM porque se trata de una institución que imparte
educación gratuita, pues las universidades privadas de prestigio cobran
colegiaturas inalcanzables.
La situación del
aprovechamiento de la juventud también se agrava con los que ya cursaron una
carrera universitaria tanto en universidades públicas y privadas, según los
últimos resultados del Examen de Egreso de Licenciatura (EGEL) que aplica el
Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (Ceneval).
De acuerdo a las cifras
obtenidas, en 2013 fueron evaluados 137 mil 133 egresados de 37 licenciaturas,
de los cuales 67 mil 156 no lograron aprobar el examen, es decir, 48.9 por
ciento. Del total, solo 9 por ciento obtuvo un resultado sobresaliente y 41.8
por ciento, un desempeño satisfactorio.
¿Qué sucede con la educación
en México? ¿La reforma educativa era esto? ¿Lanzar a la calle a miles de
estudiantes que son el futuro de nuestro país? ¿Acaso no les importa a las
autoridades que miles de esos jóvenes busquen opciones en las filas de la
delincuencia organizada, en la ilegalidad o en la informalidad?
Tal parece que no importa la
educación de la juventud, al menos en universidades públicas. Entonces, estamos
en el proceso de una privatización disfrazada de la educación, pero solo para
los que tengan recursos, pues los que carecen de ellos, ni en sus sueños
ingresarán a una universidad privada.
Twitter: @JoelSaucedo
saucedosj@yahoo.com.mx
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