La semana que termina fue caótica en manifestaciones, sobre todo por las efectuadas en las inmediaciones del Senado de la República, con motivo de la discusión de la reforma laboral.
Independientemente de la libertad a expresarse consagrada en la Constitución, basta con un puñado de inconformes para obstruir las actividades cotidianas de cientos y en ocasiones de miles de personas que deben cumplir con sus obligaciones laborales.
El Senado, sitio donde laboran 128 senadores, junto con asesores, personal administrativo y reporteros, se vio afectado por las protestas encabezadas por el perredista Gerardo Fernández Noroña.
Pero da la casualidad que el día en que Andrés Manuel López Obrador visitó el Senado para darle línea a los legisladores del PRD, PT y Movimiento Ciudadano, la movilización fue muy tímida. De hecho, se suspendió.
El miércoles pasado –día sin sesión en la Cámara Alta-, integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), ocasionaron la cancelación casi total de las actividades en el recinto de Reforma e Insurgentes.
Hasta ahí está bien. Están en su derecho de protestar por lo que consideran inconsistencias en al reforma laboral, pero la cuestión es que el comportamiento de esas huestes va más allá del derecho que le ley les permite.
Es decir, hay falta de respeto a los trabajadores del Senado que están obligados a cumplir con un horario y una jornada laboral. Buscan la defensa de los trabajadores, pero al mismo tiempo abusan de ellos impidiéndoles cumplir sus obligaciones.
Peor aún, obstaculizan el acceso a empleados de decenas de negocios ubicados en las calles circunvecinas, quienes al no asistir con justa razón les descuentan el día y dejan de percibir el salario que todos los días deben obtener para el gasto familiar.
Más aún, los dueños de negocios como hoteles, restaurantes, taquerías, ópticas, tiendas de abarrotes y demás, han sufrido pérdidas cuantiosas en estos días. ¿Y eso, quién se los repone? ¿Ante quién acuden a reclamar?
Tal parece que la policía, representante de las autoridades del gobierno del Distrito Federal, obedece a los designios de los noroñistas, que han encontrado su modus vivendi en la protesta callejera sin atinar a responder detalles del contenido de la reforma laboral.
Son simples borregos. No saben ni siquiera cuántos senadores hay. Este reportero constató eso y muchos detalles más. Como gritos y ofensas a mujeres, incurriendo en una intolerancia por demás inaudita.
Pero esto solo es un ejemplo. Durante el primer semestre de este años se registraron 25 mil 570 interrupciones al tráfico, ya sea por marchas, eventos culturales y deportivos, peregrinaciones, filmaciones de películas o comerciales.
Según un informe dado a conocer por el reportero Israel Yáñez, con datos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, de enero a junio de este años se contabilizaron 20 mil 103 cierres por cuestiones de “seguridad”.
Los datos duros arrojan que se registraron mil 427 marchas y bloqueos; mil 146 actos políticos y sociales, 742 espectáculos, 475 eventos culturales, 423 deportivos, 381 sociales y 257 actos cívicos.
En el mismo periodo hubo 244 cierres y desvíos de circulación por fiestas religiosas, 213 peregrinaciones, 72 carreras ciclistas, 49 carreras de fondo, 26 producciones cinematográficas y 12 filmaciones de comerciales.
Como se ve la suma no es cualquier cosa. Hay que añadirle los daños provocados por la contaminación. La pérdida de horas en traslados, ya sea en vehículo o transporte público.
Según la Cámara de Comercio de la Ciudad de México (Canaco), una marcha con duración de dos a tres horas provoca pérdidas por 340 millones de pesos; de cuatro a cinco horas, 575 millones de pesos y si supera las cinco horas, son casi mil millones de pesos. ¿Qué tal?
Por eso, han sido muchas las voces que piden regular las marchas o bien ubicar un “marchódromo”, como alguien sugirió, en el estadio Azteca.
Bueno, pues hubo quien con una idea más que descabellada propuso que el jardín Luis Pasteur, fuera destinado para protestar. ¿En qué cabeza cabe ubicar las protestas en el cruce más importante de la ciudad: Reforma e Insurgentes?
En fin, así están las cosas, en cuestión de mítines y marchas.
PUNTO Y SEGUIDO… Quien alzó la voz en contra del Presidente Felipe Calderón, fue el senador del PRI, Teófilo Torres Corzo, pues reclamó el que el titular del Ejecutivo, no hubiese respondido las preguntas parlamentarias enviadas por la Cámara de Senadores hace más de un mes, con motivo del VI y último informe de gobierno. Esto provocó que el próximo martes, la mesa directiva que encabeza el panista, Ernesto Cordero, eleve desde el pleno la exigencia a Calderón para que cumpla con lo que establece la ley. “El Senado quiere saber sobre la estabilidad, la seguridad, el bienestar. Queremos conocer la realidad acerca de cada uno de los temas que involucran la vida pública de México”, destacó Torres Corzo…POR CIERTO, el también senador priista y líder de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del estado (FSTSE), Joel Ayala Almeida aplaudió las declaraciones del líder de los diputados de su partido, Manlio Fabio Beltrones, quien la víspera dijo que había llegado a su fin la iniciativa preferente. Esto por el envío que el Senado hizo de la minuta modificada de la reforma laboral a la Cámara de Diputados. Ayala dijo que de esa manera se restablece la confianza y certidumbre para encontrar respuestas que salvaguarden los derechos de los trabajadores y garanticen la estabilidad laboral del país… MÁS DE 200 MIL PACAS de ropa usada entran anualmente al país por las aduanas principalmente de Tamaulipas. ¿Y la Secretaría de Hacienda dónde está? Se trata de volúmenes exageradamente altos, con trailers que trasladan cada uno hasta 400 pacas. Mucha de esa ropa, que obviamente no paga impuesto alguno, se expende en sitios como las Plazas Comerciales de San Antonio Abad. Específicamente en la Colonia Tránsito, delegación Cuahtémoc. Ahí se generan 700 empleos directos y mil 400 indirectos. ¿Acaso la reforma laboral incluyó beneficios como seguro social o crédito para vivienda de esos empleados? ¿La industria textil ha hecho algo para absorber ese gigantesco mercado que ofrece prendas hasta de a cinco pesos? Esa es una tarea pendiente que tienen que resolver, no solo las autoridades, sino los empresarios del ramo…
Twitter: @JoelSauced
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