El pasado 21 de enero recibí la noticia del director de LA PRENSA, Mauricio Ortega Camberos de que a partir de esa fecha dejaba de formar parte del cuerpo de reporteros del diario de mayor circulación nacional.
La causa deviene por una serie de cambios que se avecinan en la empresa, mismos que se han suscitado en los últimos años con una serie de recortes de personal y que han minado el profesionalismo de esta casa editora.
No me queda otra más que agradecer a LA PRENSA como institución periodística la oportunidad de haberme formado como reportero, y a donde ingresé un 20 de agosto de 1990.
Fueron 8 mil 168 días los que laboré con dedicación y esmero en el que ha sido mi primer empleo como informador, después de haber egresado de la carrera de Periodismo y Comunicación Colectiva de la entonces ENEP-Aragón de la UNAM.
Inicié mis labores como reportero de la guardia vespertina. Entraba a las cuatro de la tarde y salía a las once de la noche. Así transcurrieron alrededor de tres meses. Pero en ese lapso empecé a salir a la calle.
Mi primera nota, publicada ocho días después, consistió en acudir a entrevistar a devotos de San Judas, en la iglesia de San Hipólito. Recuerdo que los correctores solo atinaron a moverle algunas comas, por lo demás se publicó integra la información.
Así transcurrieron los días. Cubría información general que alternaba con notas policiacas. Lo mismo asistía a la Presidencia de la República, que al Senado, Cámara de Diputados, Gobernación, PGR, PGJDF, Reclusorios y la guardia nocturna.
En agosto de 1993 el jefe de información Luis Muñiz me incluyó en la cobertura de la visita del papa a Mérida, Yucatán. Acudimos seis reporteros e igual número de fotógrafos, coordinados por Mario Samayoa Madrigal.
El primero de enero de 1994, el teléfono de mi domicilio timbró alrededor de las once de la mañana. Era Samayoa, quien me preguntaba si estaba dispuesto a viajar a Chiapas, lugar donde la madrugada de ese día se había alzado en armas el EZLN. Por supuesto que acepté.
A lo largo de 26 días permanecí en la entidad. A los ocho días de haber llegado, fue enviado en mi apoyo Arturo Panzsa, con quien compartí satisfacciones y por qué no decirlo, diferencias.
El martes 18 de enero de 1994 tuve la oportunidad de entrevistar en exclusiva al mayor Mario del EZLN (todavía no salía a luz pública el Sub comandante Marcos). Se encontraba rodeado de un verdadero ejército. Fueron 45 minutos de preguntas y respuestas. El texto derivó en 7 cuartillas publicadas en jueves 20 de enero.
Al regreso a la ciudad de México, fui enviado a cubrir durante el mes de febrero la campaña del malogrado candidato del PRI, Luis Donaldo Colosio. Después de su deceso, me encargaron junto con Samayoa la campaña del doctor Ernesto Zedillo.
Después de seis meses de haber iniciado la gestión de Zedillo, me encargaron su cobertura a lo largo de casi cinco años. Durante ese tiempo formé parte de la fuente que lo acompañó en todos sus viajes. En total sumé 45 países.
Posteriormente, a principios de enero de 2001 me asignaron la cobertura del gobierno del Distrito Federal, con Andrés Manuel López Obrador como titular. De primera mano presencié la historia de los videoescándalos y su desafuero.
Concluida la gestión de López Obrador con Alejandro Encinas y el triunfo de Marcelo Ebrard, me enviaron al Senado de la República, donde estuve prácticamente otros seis años. Hasta ahí mi estancia en considerado diario de las mayorías.
Puedo decir que en esos 22 años con cinco meses, fueron toda una vida. Sucedieron muchas cosas. Acabó un régimen que había durado 70 años. Vino la alternancia de doce años de gobiernos del PAN y de nuevo el regreso del PRI al poder.
En ese lapso que viví en LA PRENSA, me casé con Gladys, a quien la agradezco su apoyo incondicional. Nacieron mis hijos Dante y Aldo. Fallecieron mis padres y un hermano a temprana edad. Murió el abuelo materno de mis hijos apenas hace un año. Y un sinfín de cosas más.
Así concluye un ciclo. Y hay que iniciar otro. De ello, estaré informando.
Twitter: @JoelSaucedo
saucedosj@yahoo.com.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario