Joel Saucedo
Cansado del incesante golpeteo a que ha
sido sometido en los últimos cinco meses por las fallas en la Línea 12 del
Metro, el ex jefe del gobierno capitalino, Marcelo Ebrard tomó la determinación
de abandonar las filas del Partido de la Revolución Democrática.
El ex mandatario no ha hecho oficial su
separación del partido del sol azteca, pero su comportamiento político lo ubica
de cuerpo entero en el Partido Movimiento Ciudadano, propiedad del ex
gobernador de Veracruz, Dante Delgado.
Así lo demostró durante su participación
en la Segunda Convención Nacional Democrática del Movimiento Ciudadano, donde
de entrada acusó al gobierno del Distrito Federal de la “embestida” en su
contra.
Durante su discurso de 14 minutos,
definió entre aplausos la perspectiva electoral 2015-2018, que atraviesa por
debilidades, pero también por fortalezas.
Una de las debilidades, mencionadas por
Ebrard es que en el “polo progresista” se tiene la certidumbre de que la
competencia electoral será entre ellos mismos, es decir, entre las izquierdas.
La principal fortaleza es que el 70 por
ciento de la población tiene una opinión negativa de la situación económica,
además de que el Ejecutivo y su gabinete están en la evaluación más baja en los
últimos años.
Y es en esta coyuntura que el PRD decide
coaligarse al partido en el poder, al subirse erróneamente a un barco que no es
el suyo y que además es un fracaso. De facto, acotó, el perredismo renunció a
ser oposición.
Recordó que cuando el presidente Enrique
Peña promulgó las reformas a los artículos 27 y 28 de la Constitución, quien
más aplaudió fue el gobernador de Morelos, Graco Ramírez representando la
manera de pensar de ese partido.
Para Marcelo, el que los perrredistas
hayan renunciado a sus principios ideológicos, tendrá su cobro de facturas en
el 2015, pues difícilmente responderán a las demandas del grueso de la
población inconforme con las actuales políticas.
El mensaje de Ebrard para los presentes,
incluido el ex líder nacional del PRD, Leonel Cota Montaño y el ex presidente del
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) –sumados a esa fuerza
política-, Rafael Ochoa, fue más que motivador.
De ante mano les propuso trabajar para
que en el 2015 se escuche la voz “progresista”, y en la misma ruta al 2018,
regresar al PRI y a su gobierno a Atlacomulco.
“El Movimiento Ciudadano puede ser el
principal vehículo por el que México cuente a partir del 2015 con una oposición
progresista y competitiva a nivel nacional”, les aseguró.
¿Esta afrenta la aceptará con la mano en
la cintura Jesús Zambrano y Jesús Ortega, principales dirigentes del partido
amarillo? ¿Buscarán expulsar a Marcelo del PRD? ¿O bien, esperarán a que
Marcelo les renuncie una vez que Carlos Navarrete sea electo abrumadoramente
como próximo dirigente nacional?
¿Qué dirán ahora los dirigentes sobre la
acusación de que el PRD dejó de ser oposición? ¿También los malagradecidos que
no se mostraron solidaros con él por el golpeteo a raíz de la suspensión de la
Línea 12? ¿Le creerán su afirmación: se busca oposición?
Twitter:
@JoelSaucedo
saucedosj@yahoo.com.mx
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