martes, 14 de octubre de 2014

Inminente la salida de Aguirre

Joel Saucedo

La salida de Ángel Heladio Aguirre Rivero de la gubernatura de Guerrero, no solo es necesaria sino urgente, pues la ingobernabilidad en la entidad se agravó este lunes con la quema de las oficinas de Palacio de Gobierno en la capital Chilpancingo.

Las protestas de los normalistas de Ayotzinapan, apoyados por maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero constató la falta de control de Aguirre sobre las debilitadas instituciones estatales.

Sin embargo, durante la reunión de más de seis horas de los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional del PRD, donde se analizó la situación del estado, no se tomó la decisión de solicitarle al mandatario renunciar al cargo.

Esto habla de la necedad de la izquierda de mantener a toda costa como gobernador a quien no le ha dado gobernabilidad a la convulsionada entidad, azotada por los excesos del crimen organizado coludido con el servicio público y que derivaron en la desaparición de 43 normalistas.

¿Por qué debe irse el gobernador? Son muchas las respuestas. En primer lugar para distender el ambiente de crispación, enojo, inconformidad, impotencia y desesperación de los familiares de los estudiantes muertos y desaparecidos, así como de la sociedad en general.

Tal vez, la renuncia de Aguirre no resuelva de facto la actual situación, pero al menos enviará un mensaje de que la izquierda está en la mejor disposición de contribuir a encontrarle solución a tan difícil problema.

La dirigencia nacional que encabeza Carlos Navarrete debe dar el primer paso y valorar en qué momento Ángel Heladio tiene que solicitar licencia al Congreso, tal y como Jesús Zambrano se lo pidió al desaparecido alcalde con licencia José Luis Abarca.

En tanto, la dirigencia del Partido Acción Nacional, también debe discutir la pertinencia de solicitar a sus senadores que pidan la desaparición de poderes en la entidad que está en total descontrol.

Hay que recordar que en la recta final de la campaña por la gubernatura en 2011, el candidato de Acción Nacional, Marcos Parra declinó en favor de Aguirre Rivero, quien fue postulado por la izquierda encabezada por el PRD, después de que el PRI no lo escogió como su candidato.

Es por ello que en un acto de congruencia, tanto Acción Nacional como el partido del sol azteca, están obligados a plantearle al mandatario la urgencia de que contribuya a devolverle la estabilidad al estado.

¿Acaso la izquierda desea dejar en el imaginario colectivo que para acceder al poder requiere de la colusión con el crimen organizado? Solo se deslindaron del alcalde con licencia pidiendo su desafuero. ¿Pero acaso no hay versiones de que Abarca financió la campaña de Aguirre para la gubernatura?

Al defender la permanencia del mandatario en el cargo, la izquierda solo está mandando el mensaje de que no sólo reprime a los estudiantes, sino que los desaparece y los asesina, cuando sus principios siempre han sido de defensa hacia ese sector.

La situación está escalando a niveles nunca imaginados, pues la barbarie cometida por los policías en contra de los estudiantes, es una herida que difícilmente cicatrizará. El electorado (y se espera que la justicia) les cobrará la factura más pronto que tarde.

Twitter: @JoelSaucedo
saucedosj@yahoo.com.mx



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