martes, 21 de octubre de 2014

Los damnificados políticos de Guerrero

Joel Saucedo

A pesar de su resistencia de dejar el cargo, el gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero es un cadáver político para el Partido de la Revolución Democrática; ya no es funcional y difícilmente le ayudará a ganar las elecciones del próximo mes de junio.

De entrada, a Aguirre poco le importaron las recomendaciones de vigilar al ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, ahora prófugo de la justicia por la muerte de seis personas y la desaparición de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa.

Aguirre estaba enterado de los malos pasos de Abarca y lo dejó escapar. Además tardó tres semanas en reaccionar para cesar al secretario de Salud, Lázaro Mazón, quien le recomendó a Abarca como un empresario exitoso, pero le ocultó sus vínculos con el crimen organizado.

El pasado 8 de junio, en Acapulco, López Obrador destapó a Mazón como candidato al gobierno de la entidad por el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), a pesar de que éste no contaba aún con registro formal.

La revista Proceso de esta semana cuestionó en un reportaje el “explicable silencio” del tabasqueño, quien más rápido que tarde arremetió en contra del semanario calificando la información como de “mala leche”. Pero ni una palabra emitió en contra de la mafia perredista de Iguala que sumió en su peor crisis al estado.

Hasta aquí van tres los damnificados políticos por el caso Iguala: Aguirre, Abarca y Mazón. Pero hay que sumar las frustradas aspiraciones de la ex directora del DIF municipal, María de la Luz Ángeles Pineda, pues pretendía suceder en el cargo a su esposo José Luis Abarca.

Al actual senador del partido del sol azteca, Armando Ríos Piter, se la está complicando obtener la candidatura de su partido al gobierno de Guerrero, pero en caso de conseguirla, difícilmente llevaría al triunfo al perredismo, pues la oposición explotaría al máximo las fotografías en donde aparece con Abarca en un mitin político.

Otro de los que tiene en sus aspiraciones a la alcaldía de Acapulco, es el hijo del gobernador perredista, conocido como “Angelito” Aguirre. Sin embargo, todo apunta a que dejará el camino libre a otro junior, hijo del ex gobernador Rubén Figueroa, enemigo político de Aguirre y quien busca ser candidato del PRI.

Como se observan las cosas, la izquierda tendrá una elección muy complicada para el próximo año. Solo un milagro los salvará de perder el gobierno del estado y las presidencias municipales donde solaparon la filtración de la delincuencia, sobre todo en los cuerpos policiacos.

La permanencia de Aguirre en el cargo sólo servirá para administrar la crisis de la izquierda. ¿O acaso, estará pensando en regresar a las filas del tricolor?, porque su posición no es otra que la de permitirle al PRI recobrar el control de la entidad sin mayor problema en 2015.

Twitter: @JoelSaucedo
saucedosj@yahoo.com.mx


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