Joel Saucedo
A pesar de su resistencia de
dejar el cargo, el gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero es un cadáver
político para el Partido de la Revolución Democrática; ya no es funcional y difícilmente
le ayudará a ganar las elecciones del próximo mes de junio.
De entrada, a Aguirre poco
le importaron las recomendaciones de vigilar al ex alcalde de Iguala, José Luis
Abarca, ahora prófugo de la justicia por la muerte de seis personas y la desaparición
de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa.
Aguirre estaba enterado de
los malos pasos de Abarca y lo dejó escapar. Además tardó tres semanas en
reaccionar para cesar al secretario de Salud, Lázaro Mazón, quien le recomendó
a Abarca como un empresario exitoso, pero le ocultó sus vínculos con el crimen
organizado.
El pasado 8 de junio, en
Acapulco, López Obrador destapó a Mazón como candidato al gobierno de la
entidad por el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), a pesar de
que éste no contaba aún con registro formal.
La revista Proceso de esta
semana cuestionó en un reportaje el “explicable silencio” del tabasqueño, quien
más rápido que tarde arremetió en contra del semanario calificando la
información como de “mala leche”. Pero ni una palabra emitió en contra de la
mafia perredista de Iguala que sumió en su peor crisis al estado.
Hasta aquí van tres los
damnificados políticos por el caso Iguala: Aguirre, Abarca y Mazón. Pero hay
que sumar las frustradas aspiraciones de la ex directora del DIF municipal,
María de la Luz Ángeles Pineda, pues pretendía suceder en el cargo a su esposo
José Luis Abarca.
Al actual senador del
partido del sol azteca, Armando Ríos Piter, se la está complicando obtener la
candidatura de su partido al gobierno de Guerrero, pero en caso de conseguirla,
difícilmente llevaría al triunfo al perredismo, pues la oposición explotaría al
máximo las fotografías en donde aparece con Abarca en un mitin político.
Otro de los que tiene en sus
aspiraciones a la alcaldía de Acapulco, es el hijo del gobernador perredista, conocido
como “Angelito” Aguirre. Sin embargo, todo apunta a que dejará el camino libre
a otro junior, hijo del ex gobernador Rubén Figueroa, enemigo político de
Aguirre y quien busca ser candidato del PRI.
Como se observan las cosas,
la izquierda tendrá una elección muy complicada para el próximo año. Solo un
milagro los salvará de perder el gobierno del estado y las presidencias
municipales donde solaparon la filtración de la delincuencia, sobre todo en los
cuerpos policiacos.
La permanencia de Aguirre en
el cargo sólo servirá para administrar la crisis de la izquierda. ¿O acaso,
estará pensando en regresar a las filas del tricolor?, porque su posición no es
otra que la de permitirle al PRI recobrar el control de la entidad sin mayor
problema en 2015.
Twitter:
@JoelSaucedo
saucedosj@yahoo.com.mx
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